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habría instalado televisores de silla de montar si hubiesen podido descubrir el modo de
contemplar las imágenes mientras galopaban.
Dave recibió las noticias acerca de las de Lyru en la oficina y ahora escuchaba un
comentario de Panhandle Pete, a quien el locutor presentó como el Analista Particular
Tejano de los Acontecimientos Corrientes.
 Buenas tardes, Tejano  decía Pete . Los últimos informes que eran de
Gallinolandia son inquietantes, por así decirlo.
»Esas criaturas de Lyru, que barrieron a dos mil personas más rápido que es todo o
que yo podamos sacar una pistola y disparar sobre una serpiente de cascabel, se han
escabullido ahora, por así decirlo, a pesar de las valientes objeciones de nuestros
congresistas. Nada bueno puede venir de esa prisa indecente de admitir desconocidos en
el mismo corazón de nuestras vidas.
«Estas chavalas han dejado sin responder bastantes preguntas. Ustedes
probablemente se habrán dado cuenta de que sonrieron y balbucearon cuando se les
habló de sus hombres. ¿Qué clase de hombres serán, pregunto yo, que dejan a las
mujeres la tarea de esos peligrosos vuelos de reconocimiento? O quizás es que no tienen
hombres... o quizá todos parecen ser mujeres. ¿Pero cómo podemos decirlo si aceptamos
su palabra por todo cuanto digan y nos dejamos subyugar por una cara bonita y una
exhibición de piernas?
«Amigos Téjanos, no nos unamos a ese desfile idiota. Os diré que esas gentes de Lyru
tienen que aclarar muchas más cosas antes que las permitamos extenderse por nuestros
pastos... antes de que las dejemos entrar en Tejas para perpetrar quien sabe que
nefastos esquemas que bullen dentro de la negra porción de espacio que cuelga desde el
firmamento... Dave apagó la radio y apremió a Lily para que alcanzara un trote cochinero.
La yegua había estado haciendo eses a lo largo de su propio sendero mientras él
escuchaba el programa. Llegaría tarde para cenar en casa del editor jefe si no se daba
prisa. Panhandle Pete, en su manera de hablar melodramática, voceaba el criterio de la
mayor parte de los Téjanos, eso lo sabía Dave. Y algo más que un mero antifeminismo
había detrás. Era la precaución natural que parecía faltar a la filosofía amorosa de las
hembras que gobernaban las cosas desde Washington.
Dave frenó en una barra para atar caballos al exterior de la blanca construcción de una
casa apartada del camino y detrás de un aseado jardín, miró de nuevo el número para
asegurarse de cene no se había equivocado. Esperaba algo más Oeste, rudo, imperfecto,
de Frank Hammond, el ex-Pensylvaniano convertido en Tejano.
Frank salió a recibirle en el porche, llevando en la mano dos vasos grandes de licor con
hielo.
 A tiempo para beber antes de cenar  dijo . Y quizá también para sentarnos un rato
aquí. Hace buena noche.
 Perfecto  asintió Dave, dejándose caer en un sillón profundo mirando las largas
sombras del sol poniente . No creí que le encontrase en un sitio tan bonito, Frank. Creo
que esperaba algo más da la atmósfera ranchera.
Frank se echó a reír.
 Difícil. Ann jamás lo aprobaría.
 ¿Ann?
 Mi esposa. Ella es la responsable del jardín y del asado de cerdo que pronto
consumiremos.
 No sabía que fuese usted casado. No sé por qué...
 Yo sí  dijo Frank . Probablemente pensó que huir hasta Tejas para alejarme de las
mujeres. Esto es sólo cierto en parte. Hay mujeres y mujeres y las que no puedo soportar
son las llamativas, dominantes, mandonas. Ann es de las otras, ya lo verá. La mujer
adecuada para un hombre. Y cuando me acerco a ella, no tengo nada de misógino,
créame.
 Bueno, claro  dijo Dave , pero yo creí que las mujeres eran muy escasas en Tejas
después de la gran emigración.
 No fue tan grande como hayan dicho... por lo menos en sus efectos. Tejas perdió
bastante población, verdad, pero de todas formas en el estado había más mujeres que
hombres. Ahora los hombres sobrepasan a las mujeres, pero no con demasía. La
proporción es de cinco a cuatro.
 Aún así  insistió Dave , yo pensaría que eso hace más difícil a un hombre
encontrar esposa... especialmente si no es de este estado. ¿O se casó usted antes de
venir aquí?
 No, Ann es Tejana, de Mineral Wells. Pero de hecho creo que las probabilidades en
aquel tiempo favorecían más a los no Téjanos que entraron en competición.
Inmediatamente después de la emigración los machos nativos se mostraron muy
vigilantes en cuanto a su virilidad. En su mayoría buscaban las mujeres melifluas y tiernas
que les darían pleno tributo como dueños y señores y pasaron por alto a una chica que
tuviese algo de genio. Parecía como si pensasen que las mujeres con genio deberían irse [ Pobierz caÅ‚ość w formacie PDF ]

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